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ESCRITOS

Encontrarás aquí los artículos y libros de nuestros ponentes

Anna Álvarez

ANNA ÁLVAREZ

Constelaciones sistémicas asistidas con caballos

Constelar ayuda a resolver conflictos que parecen resistirse a otras formas de abordaje

Mi pasión por la naturaleza y los animales, y mi interés por unir la salud y el bienestar a ello, me han llevado a conocer y experimentar diferentes herramientas destinadas siempre a mejorar la calidad de vida.  

Realizando cursos de coaching y formación asistida con caballos descubrí ese enorme potencial de respuesta de los caballos a su entorno y a nuestros estímulos. De ahí a pensar que podrían funcionar, no solo en coaching o formación asistida, sino también como representantes en las constelaciones, fue solo un paso.

Las constelaciones nos hablan de que existe un factor sistémico que rige tanto las familias como las empresas u organizaciones. Que este sistema funciona mediante unas premisas claras y un orden establecido, y que, cuando eso se rompe, surgen conflictos en algunos de los miembros que lo componen, con la idea de que, una vez resueltos esos conflictos, el sistema vuelva a equilibrarse.

 

Esa nueva visión del origen de los conflictos convierte a las constelaciones en una potente herramienta con enorme capacidad para desbloquear aspectos de nuestra vida, personal y profesional, pues facilitan una gran cantidad de información muy fiable, en un breve espacio de tiempo, ayudando a devolver el orden al sistema y permitiendo que éste pueda funcionar de forma estable, harmónica y eficaz.

 

La práctica de las constelaciones nos conecta con otra forma de ver y vivir las relaciones, huyendo del caos que a menudo parece que las rodee, para dar pautas de comprensión y resolución, siempre en beneficio de todas las partes implicadas.

Las constelaciones nos pueden ayudar mucho. para armonizar las relaciones personales, familiares y en el entorno laboral, resolviendo problemas de salud, cuando necesitamos orientación personal o en la toma de decisiones complejas, para solucionar conflictos en las organizaciones y ordenarlas a favor del éxito.

¿Por qué con caballos?

Los caballos aportan a las constelaciones una nueva perspectiva y forma de mirar y entender, minimizando la posibilidad de interferencias humanas.

En las constelaciones tradicionales solo las personas actúan como representantes, pero gracias a la gran sensibilidad de respuesta de los caballos a nuestra energía, estas han ganado en fuerza, claridad y afinación, tanto en la vertiente de “diagnóstico”, como en la de visión de posibilidades de solución.

Al acceder a hacer de representantes en una constelación, los caballos nos muestran que todos los seres estamos, conectados y tenemos la capacidad de “sentir” al otro, a pesar de seamos especies diferentes. Un hecho que nos tiene que abrir la mente a nuevas formas de convivir y relacionarnos.

Creo firmemente que las constelaciones asistidas con caballos representan un nuevo paso hacia el desarrollo humano, y a la integración desde el respeto de todos los seres vivos y su naturaleza, eso hace que me apasionen y quiera darlas a conocer, para que muchas personas puedan beneficiarse de ellas, sea recibiéndolas, o incorporándolas cómo una valiosa herramienta en su oferta profesional.

Candy Rodríguez

CANDY RODRÍGUEZ

 

EL CABALLO COMO ENTRENADOR EMOCIONAL - CANDY RODRÍGUEZ

 

 

Hace muchos años que convivo con caballos.

 

Además de veterinaria soy profesora de equitación, y en nuestro centro hacemos talleres y programas para niños y adultos, para familias, visitas escolares, equinoterapia, entreno y educación de caballos, etc.

En mi propia evolución, me di cuenta que eran los caballos los que entrenaban a mis alumnos, a los niños, a los equipos, a los participantes de clínicas…a mí. Entonces hice lo que solemos hacer las personas cuando nos apasiona algo: estudiar, aprender y profundizar más acerca de la etología equina, participar en cursos con grandes especialistas, practicar la comunicación natural con el caballo y enseñársela a otras personas. En definitiva, me dediqué a ahondar en el estudio de la neurociencia, la inteligencia emocional y comenzar un viaje sin retorno formándome como coach.

 

Los caballos llevan unos 50 millones de años en la tierra, su capacidad de adaptarse a los procesos evolutivos y sobrevivir durante tantísimos siglos ha sido gracias a sus sentidos, muy desarrollados, que les permiten recoger toda la información del ambiente que les rodea para saber a qué atenerse con garantías.

 

De naturaleza social, llevan unos 5000 años domesticados y unidos a los grandes avances del hombre en la agricultura, conquista de nuevos territorios…en definitiva han estado presentes en nuestro desarrollo. Como si tuvieran un gigantesco escáner, reconocen todo lo que nuestro cuerpo comunica, incluso los micro gestos de la cara y, por tanto, nuestras emociones. Son expertos en lenguaje no verbal (auténticos maestros!) Gracias a esos sentidos superlativos captan nuestra frecuencia respiratoria, el ritmo cardíaco, el campo electromagnético que desprende nuestro corazón, identificando y mostrándonos la coherencia o incoherencia entre lo que pensamos, lo que sentimos y lo que hacemos. Magia!!!

 

Al interactuar con un caballo podemos dejar las máscaras sociales atrás (sabe “leer” bajo ellas) y lo más maravilloso, no nos juzga!; no le importa cómo vamos vestidos, cómo vamos peinados, nuestro físico, nuestro status, si tenemos o no alguna discapacidad (nos iguala); abre un canal de comunicación directo con nuestro cerebro emocional (nos ayuda a equilibrarlo con el racional); nos aterriza en el cuerpo por lo que aumentamos la observación y la escucha; nos brinda la oportunidad de conectar con nuestras emociones y regularlas (disminuye nuestra ansiedad…la naturaleza tiene su propio ritmo!); nos muestra el camino del liderazgo emocional (el que no se impone, el que sucede); nos enseña a ser flexibles, a reconocer la importancia de negociar, de preguntarnos qué necesita el otro y a ser asertivos; nos hace estar en el presente (enfocarnos, apaga nuestro ruido mental); nos ayuda a desarrollar la intuición.

 

Todas estas habilidades se ponen en práctica en los talleres de inteligencia emocional y coaching con caballos.

¿Cualquier persona puede participar? Por supuesto! No es necesaria tener experiencia previa, ni condición física, pues las dinámicas son “pie a tierra”, no se monta en el caballo. Cualquier persona puede participar, si tiene ganas de auto gestionarse y de descubrir sus talentos escondidos, o de detectarlos en los demás, porque se amplifican.

¿Cualquier caballo es apto? En mi experiencia, sólo los caballos emocionalmente equilibrados, esto es, con sus necesidades básicas cubiertas (calma, compañía de otros caballos y comida). Desde ese equilibrio emocional interactúan en función de lo que proyectamos y sentimos, lo que nos empuja al autoconocimiento, crecimiento personal y mejora de la relación con nosotros mismos y con los demás. Fascinante! En las sesiones el caballo nos da una respuesta inmediata, objetiva y sin filtros; un aprendizaje vivencial y directo que se integra profundamente, y que podremos trasladar a nuestra vida diaria.

 

Lo que se aprende haciendo, no se olvida!

Epona

EPONA

EL CABALLO CURANDERO

 L’arterapía ecuestre

una herramienta de crecimiento personal

Cuantos de nosotros nos hemos dado cuenta que el caballo nos enseña mucho sobre la vida y sobre nosotros mismos ? En la antigüedad varias culturas (como los Celtas y los Chinos) ya usaban el caballo como terapeuta. En nuestra sociedad, el caballo puede ayudar a mucha gente a sanarse, que sea al nivel social, emocional o psicologico.

Desde miles de anos el caballo ha inspirado mitos, leyendas o cultos. Es la montura de los dioses y de los reyes. Esta presente en nuestro inconsciente colectivo por habernos ayudado en nuestras tareas cotidianas en el campo o para desplazarnos. Simboliza el poder, el movimiento, el equilibrio, la libertad, la belleza, las pasiones…

Porque la “arterapia ecuestre”?

La doma de caballos es un Arte por su parte creativa, emocional y estética pero también porque requiere intuición y sensibilidad. Por eso la equitación del siglo 18 se llamaba “Arte ecuestre”…

El contacto con el caballo es una terapia porque las capacidades curativas del caballo son muy amplias.

Se conoce principalmente su uso para personas discapacitadas (la Equinoterapia y la Hipoterapia) o con problemas de inserción social (jóvenes hiperactivos y rebeldes o personas saliendo de la cárcel).

  • A los primeros el caballo les ayuda al nivel físico para su motricidad, equilibrio, consciencia del cuerpo (diferenciación derecha/izquierda por ejemplo); y al nivel psicológico para la concentración, la valoración como persona; y siempre para la comunicación (los cambios son espectaculares con autistas).

  • A los segundos les permite aceptar reglas y limites, disciplina, aguantar frustraciones, responsabilizarse y usar otros medios que la violencia para conseguir lo que uno quiere.

También son acertadas las habilidades de los caballos para desarrollar su auto-estima, su capacidad de afirmarse y de superar miedos.

Igualmente mucha gente a experimentado el apoyo del caballo durante una depresión.

Menos conocidas son las funciones educativas de los caballos para los niños :

  • respectar al “otro”,

  • posicionarse frente a otro ser vivo en la naturaleza,

  • no usar la violencia,

  • no exigir,

  • ser perseverante y paciente,

  • ser atento,

  • quedarse quieto,

  • agradecer,…

CUALQUIER PERSONA PUEDE BENEFICIAR DEL CONTACTO CON EL CABALLO PARA CONOCERSE A SI MISMO Y CRECER…

El caballo terapeuta : El caballo es un animal que fascina. Mismo si esta atracción se combina a menudo con respecto o miedo, mucha gente tiene ganas de relacionarse con los caballos. Y los que nos hemos atrevido a montar nos apasionamos por este animal y se vuelve como una necesidad.

Además de ser una actividad de ocio y un deporte, relacionarse con el caballo es una verdadera escuela de vida… A cada uno de nosotros, cada caballo nos enseña algo, nos permite mejorarnos como persona.

La naturaleza y especialmente el caballo es un maestro para los que buscan equilibrio y sabiduría.

Primero y sencillamente porque nos permite reencontrarnos con la naturaleza, en una sociedad que nos aleja de nuestra propia naturaleza animal y de un ritmo de vida saludable. Por su carácter asustadito, el caballo necesita sentirse protegido por la persona que le acompaña. Por eso nos obliga a desarrollar la serenidad y la calma. El caballo capta en seguida nuestro estado emocional y no nos permite acercarnos con estrés, miedo, rabia o agresividad. Trabajando con un ser vivo, practicamos el “estar aquí y ahora”, totalmente presentes y concentrados en las sensaciones…así desconectamos la mente.

Secundo porque relacionarse con el caballo implica desarrollar varias cualidades, tanto femeninas como masculinas y así equilibrar nuestros lados Yin y Yan :

  • Referente al cerebro derecho, se puede desarrollar : sensibilidad, intuición, receptividad, diplomacia, tolerancia, constancia, dulzura, paciencia, humildad, adaptabilidad, relajación y flexibilidad del cuerpo, etc.

  • En cuanto al cerebro izquierdo, trabajaremos  nuestra capacidad de : analizar y anticipar, definir objetivos claros, inventar estrategias, seguridad en si mismo, perseverancia, determinación, voluntad y fuerza muscular, etc.

Tercero porque el caballo es nuestro espejo. Por su inocencia y su espontaneidad nos refleja inmediatamente nuestros fallos cuando le pedimos algo. Así nos permite cuestionar nuestra manera de relacionarnos con otro ser vivo (inclusivo los seres humanos) y  de comunicar. Aprendiendo a :

  • Observar y escuchar,

  • interpretar las señales corporales y percibir las emociones,

  • respetar las diferencias y encontrar compromisos,

  • buscar culpa suya,

  • usar el refuerzo positivo y ser justos en el uso de castigos y felicitaciones,

  • afirmarse sin enfadarse,

  • pedir algo a alguien.

Todo lo que aprendemos con los caballos se puede aplicar a nuestras relaciones en la vida cotidiana, que sean personales, familiares o profesionales.

En el mundo empresarial, poniendo en práctica los enseñamientos para una mejor integración de los métodos, se pueden trabajar muchos temas :

  • Lucha contra el estrés,

  • Selección de empleados,

  • Liderazgo (managment femenino),

  • Gestión de proyectos y de equipos,

  • Gestión del tiempo y del cambio,

  • Mezcla de culturas,

  • Comunicación y negociación.

Además, invirtiendo en el bienestar físico y emocional de las personas, que constituyen la primera herramienta de la empresa, se consiguen beneficios que entran poco en planes de gestión a corto plazo pero que aseguran la motivación de los empleados…

Cualquier sean nuestros objetivos de vida, el caballo actúa como una medicina olística, ayudándonos en nuestra búsqueda de armonía tanto física como psicológica, emocional, social o espiritual… merece toda nuestra estima y agradecimientos!

Lula Baena

Hablando con Caballos es un paseo «pie a tierra» por una especialidad profesional que incorpora a los equinos como compañeros de equipo y grandes facilitadores en el abordaje de las necesidades de desarrollo personal y bienestar físico y mental. El tono familiar y cercano del libro hace que arraigue el conocimiento acompañado del afecto.

Lula Baena es licenciada en Psicología por la UAM y, consecuente con sus ideas y valores, se formó y trabajó acorde a sus principios e inquietudes en torno a la conducta del ser humano y sus consecuencias. Como psicóloga, ha trabajado especialmente vinculada a los perfiles de difícil aceptación e integración social. En 2009 inicia un proceso vital y profesional de reaprendizaje al conocer de cerca a los caballos. Se certifica en Psicoterapia, Aprendizaje y Coaching Asistido con Caballos. En la actualidad es experta e instructora en Intervenciones Asistidas con Caballos por la FETE. Hablando Con Caballos™ descubre las aportaciones del coaching aplicado a la psicoterapia, integrando a los caballos como equipo. Sintetiza con ironía: «Desde que conozco a los caballos, Freud ya no me sirve».

LULA BAENA – PERE CLOTET

LOS CABALLOS FACILITADORES DE SONRISAS…

Recordamos aún el día en el que un padre nos contaba que las terapias “estas[1]” no le gustaban… La razón que argumentaba era que no les sentábamos (a él y a su esposa) en un despacho, frente a una mesa tranquilamente para darles el feedback del proceso terapéutico de su hijo.

En otra ocasión otro padre nos comentó con tono de queja que en las sesiones terapéuticas su hija solo jugaba, a lo que respondimos con un rotundo “¡Pues si!”, y entramos en una deriva verbal intentando hacerle entender los principios básicos del juego en la educación infantil. Aunque el dialogo no resultó fructífero, la niña dejó de asistir a las sesiones. Desconocemos si le preguntaron o se tuvo en cuenta su opinión…

 

En la consulta –despacho- todos los trabajos que desarrollamos tienen un alto componente cognitivo/conductual, y por eso, difícilmente facilitamos un trabajo emocional profundo, ya que a duras penas podremos crear una experiencia en la que las personas puedan generar emociones y expresar realmente lo que llevan dentro.

Somos muchos los profesionales que queremos y trabajamos para que el mundo humano cambie, que estamos convencidos de que las terapias han de ser experienciales, más allá de lo académicamente correcto, más allá de los ambientes terapéuticos convencionales como son la mesa, la silla, la sala de consulta.

 

La paradoja de las intervenciones asistidas con caballos persiste aún hoy en día, nos inquieta, y genera ciertas dudas. Desde el momento en que la gente no puede entender que, pasarlo bien, jugar, experimentar, disfrutar, vivenciar, generar sonrisas… facilita y promueve un proceso terapéutico de calidad, es que alguna cosa esta fallando en esta sociedad.

Sí, necesitamos un cambio y por eso lo buscamos. Un trabajo emocional diferente y honesto basado siempre en la experiencia y la vivencia, porque tenemos claro que “lo que no se experimenta, no nos emociona y no nos transforma”.

 

Desde hace tiempo nos preguntamos: ¿Porque la gente no sonríe más? ¿Porque cuesta tanto mostrar una cara amable? ¿Porque socialmente se premia la seriedad?

 

Podemos comprobar como el hecho de no sonreír aporta un cierto prestigio intelectual y social. Cuando decimos “es una persona seria” ¿a qué aludimos? ¿Y si decimos “es un payaso”? … Si cuando la gente está trabajando sonríe, se presupone que no está por el trabajo, o bien, que no se toma su tarea en serio:

 

Laboral y socialmente, se premia la seriedad y se castiga la sonrisa. Pero cuanta amabilidad nos transmite una cara que sonríe.

 

Y nos sentimos como un Galileo Galilei del siglo XXI, con la soledad y la necesidad de que la sociedad entienda lo que vemos y percibimos con gran claridad, sin acabar de encontrar la manera de transmitir nuestras vivencias y experiencias al resto del mundo, que lo intuye, pero no acaba de escuchar.

En la actualidad, nos empapan con el “si quieres algo diferente hazlo diferente”, pero a la hora de la verdad, parece que confundimos el contenido y el continente dándole más importancia a este último.

 

Estamos convencidos de que la mayoría de los problemas psicológicos son emociones mal gestionadas, ya que es la represión de la emoción lo que hace que la persona enferme, como consecuencia, si no trabajamos el nivel emocional difícilmente lograremos la mejoría, el bienestar o la curación.

 

Jordi Montero, neurofisiólogo experto en dolor afirma[2]: “Hay que aplaudir cuando alguien llora, cuando alguien siente. No debemos reprimir las emociones, porque estamos expresando nuestra verdadera esencia. Reprimirlas es crearte problemas en tus redes neuronales.

 

Hay que poner las emociones en el centro de nuestras investigaciones, esta es la revolución.”

 

Los caballos emocionan y le dan un respiro a la represión. Nos consienten expresar sin tapujos, dejando de lado los arquetipos sociales, los prejuicios y las valoraciones. Por que como señala Jordi Montero: “Al fin y al cabo, las emociones son lo que nos gobierna, lo más importante de nuestro cerebro. La razón, decía Einstein, es la servidora de la emoción.”

 

Son estos magníficos animales los que nos transmiten su coherencia y equilibrio emocional, y nos facilitan este surgir de las emociones. Por eso es tan fácil ver alguien sonreír al lado de un caballo, incluso en las sesiones más difíciles es cuestión de tiempo que el usuario esboce una sonrisa, la que brota del sentirnos en paz con nosotros mismos.

 

No se trata de practicar la sonrisa cual mueca de clown, se trata de facilitar que surja, que se experimente y se viva la sensación que la genera, y los caballos son especialistas en hacernos sentir sin temor, emocionarnos libremente.

 

Estamos convencidos de que la educación y la gestión emocional son los pilares básicos para un buen equilibrio psicológico. Que para sentirse bien hacen falta emociones positivas (alegría, tranquilidad, diversión, placer, calma…) que nos resultan muy difíciles de encontrar en nuestro día a día pero que podemos facilitar junto a los caballos.

 

Definitivamente a nuestra sociedad le faltan sonrisas. La sonrisa es un regalo que hacemos a los que nos rodean, que nos proporciona bienestar y es gratuito. Es una actitud que expresa un sentimiento de satisfacción, con múltiples beneficios ya que hace agradable cualquier tema, genera buen ambiente, estimula las relaciones gratificantes con los demás, y fomenta estados emocionales saludables. Y lo más importante, una sonrisa se contagia, provoca la simpatía hacia el que la emana y genera la misma actitud en quien la recibe.

 

Así pues, ya sabéis: “Si yo sonrío, tú sonríes, él sonríe, nosotros sonreímos, vosotros sonreís y ellos sonríen”. Aprendamos a conjugar la vida a través de los caballos, que saben arrancarnos las sonrisas.

Nacho Redondo

NACHO REDONDO

COACHING ASISTIDOS CON CABALLOS

Cuando hablamos de coaching desde cómo se deben interrelacionar el lenguaje, el cuerpo y las emociones, tenemos que centrarnos en conversaciones que nos ayuden a determinar cómo nos encontramos en cada uno de los momentos. Si lo que hacemos es buscar la autoestima desafiando nuestras posibilidades debemos determinar qué objetivos queremos alcanzar. Y si lo que buscamos es el potencial de cada uno de nosotros, debemos mirarnos hacia adentro y ver cuáles son las metas que nos proponemos pudiendo utilizar en esta parte una visión sistémica, para trabajar equipos. En resumidas cuentas es así como desarrollamos la actividad de coaching.

 

Por lo tanto, el coach debe facilitar nuevas perspectivas que amplíen los espacios de seguridad, confianza, reflexión y compromiso de las personas, teniendo en cuenta el estado emocional de cada una de ellas. Y visto desde la emoción, que es una respuesta ante un estímulo determinado, debemos encontrar los espacios de aprendizaje que nos ayuden a definir cada una de ellas y encontrar respuestas para tomar decisiones.

 

Si a todo lo anterior unimos naturaleza y caballos, nos encontramos ante un marco incomparable para llevar a cabo la actividad de coaching. La esencia de ello radica en el propio caballo, ya que es muy sensible a todo lo que le rodea, especialmente a las emociones de los seres vivos que están cerca.

 

Cuando hablamos de coaching asistido con caballos nos referimos a la capacidad que tienen de detectar emociones, lo que nos ayudará a desarrollar una serie de competencias que facilitarán el proceso para "tomar las riendas" de nuestra vida.

 

Para ganarnos la confianza del caballo no basta con hablarle, ya que será difícil que nos entienda. Debemos conversar con ellos desde la emoción, conectando desde muy adentro. Y eso es lo realmente maravilloso del trabajo con caballos, que se convierten en maestros, ya que en esta relación debemos de ser nosotros mismos, atravesar la zona de miedo, buscar el reto y aprender de los resultados.

 

El caballo va a ayudarnos a desbloquear aquellas situaciones que generan inseguridad y desconfianza en nosotros, así como a mostrarnos las posibilidades que tenemos como personas para encarar las situaciones de la vida, tanto en el plano personal como en el profesional. Definitivamente nos ayuda a ver las cosas desde otra perspectiva y nos permite tomar otro tipo de decisiones.

Inés & Katrin

INÉS FERNÁNDEZ & KATRIN KOPPERSCHMIDT

PROGRAMA DE EDUCACIÓN EMOCIONAL CON CABALLOS EN LA ESCUELA

Partimos de una metodología vivencial. A través de las experiencias vividas con los caballos, trabajamos las emociones, sensaciones y reacciones surgidas para entenderlas e integrarlas. En este caso todo el trabajo se lleva a cabo pie a tierra, proponiendo diversas actividades y ejercicios a realizar en función de los grupos (edad, necesidades, nivel de energía, etc.). Aplicamos la Metodología EAGALA reconocida en el ámbito internacional.

 

En el Programa para Escuelas trabajamos conjuntamente con los maestros para definir necesidades y objetivos de intervención. Actualmente con la ayuda de las nuevas tecnologías, disponemos de un enorme volumen de información al alcance de la mano. Por eso la educación se orienta cada vez más a desarrollar en niños y niñas los recursos suficientes para sentirse capaces, autónomos, seguros, desarrollando la autoestima y la empatía. Las Escuelas con las que trabajamos apuestan por una Educación centrada en el desarrollo personal, en potenciar las habilidades esenciales de cada individuo y su conexión y cohesión con el grupo.

 

Las emociones son importantes para el ejercicio de la razón. Entre el sentir y el pensar la emoción es nuestra guía para la toma de decisiones. De la misma forma, el cerebro racional desarrolla un papel fundamental en nuestras emociones, exceptuando aquellos momentos en los que las emociones nos desbordan y el cerebro emocional asume por completo el control de la situación. Con este proyecto fomentamos la adquisición de recursos personales que permitan a los niños y niñas gestionar estos momentos. Tenemos dos cerebros, el derecho y el izquierdo, y, entre otras, dos inteligencias: la racional y la emocional; y nuestro funcionamiento vital está determinado por los dos y el grado de integración / desintegración de ambos.

 

Aunque generalmente solemos percibir nuestras emociones sobretodo en momentos en que éstas se desbordan, las emociones nos acompañan constantemente. Todo nuestro pensamiento, comportamiento personal i social, está orientado a mantenernos dentro de los límites de nuestro confort emocional y en “estar vivos”.

 

Lo que nos permite el Aprendizaje Asistido con Caballos es precisamente integrar estos dos cerebros, derecho e izquierdo, emocional y racional. El objetivo es crear el entorno adecuado para que las emociones (físicas y psíquicas) vividas en la pista, puedan ser elaboradas, identificadas y comprendidas por la razón. ¡El aprendizaje vivencial es el más poderoso de todos!

¿QUÉ OBJETIVOS PLANTEA LA ACTIVIDAD?

 

Esta actividad de aprendizaje no consiste en dar a las personas, niños o adultos, las claves para la resolución de los ejercicios o actividades planteados. Consiste en facilitar e impulsar el proceso de aprendizaje que pueda aportar una mejora de sus habilidades inter e intrapersonales necesarias, para enfrentarse a los conflictos con los recursos apropiados para resolverlos, mejorar la comunicación entre los compañeros y estar preparados para las situaciones diarias con seguridad emocional.

 

¿CÓMO LOS TRABAJAMOS?

 

Los aspectos más importantes que hay que desarrollar para trabajar la inteligencia emocional entre los niños y niñas son aquellos que reforzarán los siguientes puntos:

 Fomentar la observación conjunta, el debate y la iniciativa.

 Estimular una observación más precisa relacionada con características emocionales y de personalidad.

 Observar cómo gestionar el aprendizaje y la curiosidad en un nuevo entorno.

 Fomentar la cohesión del grupo.

 Estimular la atención, la observación de los demás, la conciencia corporal y la expresión de las emociones.

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